Hace unas semanas fuimos por primera vez al madrileño restaurante La Ancha para celebrar un evento familiar. La verdad es que no lo conocíamos anteriormente, pero el familiar que organizó el evento nos comentó que había ido más veces y le había gustado mucho.
Son famosos por su escalope Armando (tan grande que se sale del plato pero finísimo y muy tierno), que pudimos probar en su versión baby y que más adelante os enseñaremos.
El local tiene dos salones y una terraza muy cómoda para las noches de verano, pero como en esta ocasión fuimos a mediodía, preferimos entrar dentro.
El local está decorado de forma clásica y sencilla, con luz cálida y agradable, y los camareros nos trataron de forma impecable, recomendándonos varios entrantes y siempre pendiente de que no nos faltara nada.
Comenzamos pidiendo varios entrantes para compartir, y mientras esperábamos nos trajeron mantequilla casera para untar en el pan. Nos encantó su sabor y la diferencia tan grande con las mantequillas comercializadas, es toda una delicia.
El primer entrante que nos trajeron fueron unas coquinas, típicas de Huelva, al ajillo. Es muy difícil encontrarlas en Madrid y en este restaurante las hacen riquísimas.
Coquinas al ajillo |
Después pedimos cazón en adobo con patatas alioli, tan tierno que se deshacía en la boca. Nos pareció muy original que lo acompañaran de patatas alioli en vez de solamente con la salsa, como suelen servirlo en muchos restaurantes.
Cazón en adobo |
Patatas alioli |
Por último, pedimos un tercer entrante que fueron berenjenas rebozadas rellenas de plátano. Éste fue sin duda el entrante más original de todos, pronto lo prepararemos en el blog para que podáis tener la receta en el blog, ¡seguro que os encanta tanto como a nosotros!
Berenjenas rebozadas rellenas de plátano |
Como platos principales pedimos 4 diferentes y muy variados: una tortilla española guisada con almejas, acompañada de salsa marinera que la hacía más jugosa y le aportaba un ligero sabor a mar.
Tortilla española guisada con almejas |
Cocochas al ajillo, toda una delicatessen, con una textura muy suave y delicada, acompañadas de patatas panaderas.
Cocochas al ajillo |
El steak tartar nos encanta y cada vez que vamos a un restaurante que lo tienen no podemos evitar pedirlo. Estaba muy jugoso y con el toque picante que nos encanta, acompañado de dos tipos de tostas y patatas fritas. Nos dieron la opción de elegirlo de solomillo o de vaca vieja y escogimos éste último.
Steak tartar de vaca vieja |
Por último, no podíamos irnos sin probar su famosísimo escalope, aunque pedimos el baby en vez de el de tamaño normal, ya que es demasiado grande para uno solo, y más después de todos estos aperitivos. Está muy muy tierno y es finísimo, por lo que, por ejemplo, los niños lo comerán encantados.
Escalope baby con guarnición |
De postre pedimos uno para compartir, arroz con leche, que también nos recomendaron como uno de los postres estrella del restaurante y nos resultó riquísimo. Además, al pedir los cafés nos trajeron también unas rosquillas caseras que nos gustaron mucho, estaban muy blanditas y con un ligero toque de anís.
Arroz con leche |
Rosquillas de anís |
Sin duda volveremos a este restaurante cuando tengamos alguna celebración similar, porque aunque sus precios son algo más elevados de lo que estamos acostumbrados, la calidad de sus platos e ingredientes merecen la pena.
Bon appétit!
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