jueves, 23 de julio de 2020

Restaurante La Casa de Cristal


En el post de hoy os quiero contar nuestra experiencia en el restaurante "La Casa de Cristal" de Madrid. Está situado en la zona de Chamartín y fuimos para celebrar un evento especial, ya que el precio de sus platos es algo más elevado de lo que estamos acostumbrados. Tiene la posibilidad de reservar a través de la web de Eltenedor.es y de canjear los puntos acumulados por un descuento de 25€, así que el precio final de la cuenta descendió considerablemente.

El restaurante tiene dos zonas, el interior del local con mesas altas en una zona de barra para un picoteo o comida más informal, y la zona de terraza, donde tienen un salón de cristal muy agradable para poder comer de forma más relajada. Nosotros estuvimos en esta zona y la verdad es que de primeras nos gustó mucho y nos llamó la atención la cuidada decoración del local, que además está situado en una zona ajardinada y tranquila. A pesar de ir en pleno invierno, la temperatura era muy agradable gracias a las estufas que tienen distribuidas por el salón, y pudimos disfrutar de la gran cantidad de luz natural que había.



Tienen una amplia carta con comida tradicional, preparada con cariño y respetando los tiempos, como se ha hecho siempre, y con ingredientes de primera calidad, algo que se nota al degustar sus platos.

Comenzamos con dos entrantes, muy famosos y recomendados en diferentes opiniones que vimos en internet: las croquetas caseras de cocido y los buñuelos de morcilla con lágrimas de miel.

Croquetas caseras de cocido

Croquetas caseras de cocido

Buñuelos de morcilla con lágrimas de miel

Las croquetas estaban súper crujientes y la bechamel muy cremosa y con muchísimo sabor. Nos encantaron, y es que el cocido es uno de sus platos estrella, vimos a muchísima gente que lo pidió, así que volveremos para probarlo.

Los buñuelos de morcilla con lágrimas de miel también nos sorprendieron mucho, la miel le daba un sabor dulce que contrastaba mucho con la morcilla, y estaban muy crujientes también por fuera y blanditos por dentro. Otro imprescindible si vais allí.

De segundo pedimos solomillo de vaca vieja y hamburguesa 1970, con queso ahumado y cebolla pochada en pan de pretzel. Pedimos ambas carnes poco hechas y las trajeron un poco más que al punto, por lo que, para nuestro gusto, se habían quedado un poco secas. Una pena, ya que la calidad de la carne era espectacular.

Solomillo de vaca vieja

Hamburguesa 1970

Ambos platos venían acompañados de patatas fritas caseras que estaban muy ricas. Los demás ingredientes de la hamburguesa también nos gustaron mucho, muy recomendable también si obviamos el punto de la carne, que suponemos que normalmente no pasará esto.

En definitiva, fue una experiencia muy agradable, el personal nos trató muy bien, nos recomendó platos y estuvieron todo el rato pendientes de que no nos faltara de nada y preguntándonos si estábamos a gusto.

Bon appétit!

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