Este fin de semana, aprovechando el buen tiempo, acudimos a Behia, un restaurante madrileño situado en la zona de Cuzco que está especializado en la carne de vaca de la raza "Limusin", de gran calidad, sabor, textura... Esta fama nos animó a ir a conocerlo, y a continuación os contamos nuestra experiencia.
El interior del local es amplio y diáfano, muy moderno y con una zona de barra para tomar el aperitivo. En el exterior, cuenta con una cómoda terraza con amplias mesas y una decoración muy acogedora y original.
Fuimos seis personas y elegimos varios entrantes para compartir, la verdad es que todos nos gustaron mucho, se nota la calidad en los ingredientes y el cariño con el que están hechos todos los platos.
Patatas a la brasa con tres salsas |
Croquetas caseras de cecina de buey |
Puerros asados a la brasa de encina con papada ibérica y salsa romescu |
Los tres entrantes nos gustaron mucho, sobretodo los puerros asados, por su cuidada y bonita presentación y por tener muchísimo sabor. Nos recordó mucho a los calçots, por tener una materia prima parecida e ir acompañados de la salsa romescu, tan típica de este plato catalán.
Las patatas a la brasa son muy parecidas a las papas canarias, acompañadas de tres salsas: mojo rojo, mojo verde y alioli, muy ricas también con cualquiera de las tres salsas.
Las croquetas estaban cremosas por dentro y muy crujientes por fuera, volveremos otro día para probar las de perdiz, para ver si nos gustan tanto como las de cecina.
De segundo plato, pedimos varios de pescado y otros tantos de carne. A pesar de que el restaurante está especializado en carne, la verdad que el pescado estaba también delicioso.
Lomo de merluza con verduritas y salsa de guisantes |
Bacalao a la donostiarra |
Cogote de merluza a la brasa |
Chipirones en su tinta |
Solomillo de vaca a la brasa con veneciana de hongos y setas |
Croca de faux fillet a la sal de hierbas |
En cuanto a la carne, el solomillo estaba espectacular, y nos gustó muchísimo el acompañamiento de puré de patatas y la veneciana de hongos y setas, la combinación está buenísima. La croca de faux fillet está hecha al horno y a la sal, de la misma forma que se suelen preparar los pescados. La carne estaba rica pero quizás echamos de menos algo de guarnición para acompañar la carne, y los extremos de la pieza se quedaron algo más secos que el centro, pero en una pieza así es lo normal.
Tarta de queso casera |
De postre pedimos tarta de queso para compartir, viene con helado de vainilla y unos frutos rojos alrededor. Nos gustó mucho a pesar de no ser la clásica tarta de queso (tenía la textura parecida a la de un bizcocho muy ligero), pero quizás ese punto original fue lo que más nos gustó. Es un imprescindible.
En definitiva, este restaurante nos gustó mucho por la calidad de sus platos, la amabilidad del personal y la decoración tan acogedora. Os lo recomendamos sin duda.
Bon appétit!
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